La escasa oferta académica de profesionales en el área de la ingeniería riesgos de desastres resulta insuficiente para suplir el requerimiento de personal capacitado en reducir los potenciales daños, disminuir las vulnerabilidades y alcanzar la resiliencia, tal como lo establece el mandato constitucional de transversalizar la gestión de riesgos en concordancia con los objetivos y prioridades del Marco de Sendai y contar con mecanismos y estrategias que los mitiguen.
Actualmente son escasas las instituciones de educación superior que cumplen con la formación de profesionales en ingeniería en riesgos de desastres con titulación en tercer nivel, lo cual sumado a la creciente necesidad de contribuir en fortalecimiento de una cultura de prevención de riesgos y resiliencia que permita una recuperación sostenible y asegure la protección integral del patrimonio y de la vida de los afectados, ha motivado a nuestra institución a plantear la creación de la carrera de
Ingeniería en Riesgos de Desastres.
Los riesgos naturales son los que más impacto han causado en el país y en la región como zona de influencia de la ESPAM MFL, siendo necesario que la población se empodere sobre las estrategias de prevención para minimizar los efectos ante el desarrollo de un evento adverso, cuestión en la que los profesionales de la ingeniería en riesgos de desastres juegan un papel fundamental, evidenciándose la necesidad de este perfil. El estudio de demanda ocupacional evidenció una limitada presencia de profesionales en la gestión de riesgos a nivel de país, lo que a su vez es una consecuencia de la escasa oferta académica de este perfil constituyendo una oportunidad para que la ESPAM MFL forme ingenieros en riesgos de desastres, quienes a través de los conocimientos adquiridos en su formación académica, estarán capacitados para gestionar riesgos de todo tipo por lo que podrán laborar tanto en el sector público como en el privado, promoviendo la cultura de prevención y protección, para lo cual deben identificar, analizar y evaluar riesgos, generar planes de evacuación y contingencia ante la presencia de riesgos naturales y antrópicos en una institución, buscando mecanismos de prevención y mitigación para mejorar las condiciones de vida de la población.